.

.

(Español) Exposición Feininger

Exposición de Feininger en el Museo de bellas artes de Montreal
Por Gabriela Ana Lim
Publicado en Laa Gaceta de la Asociación Cervantes de Montreal. Volumen de marzo 2012

Atípicamente, Montreal nos mima con un invierno que anticipa una primavera prematura. Es una mañana soleada y primaveral del mes de febrero. Aceptamos sonrientes una caricia de cero grados; la preferimos a los 20 bajo cero, tan típicos en esta época del año.
Pero ubiquémonos espacialmente: nuestro norte apunta a la colección temporaria del Museo de Bellas Artes. No estamos solas. La grata presencia de un guía nos convida con una introducción al mundo de Lyonel Feininger (1871-1956): artista nacido en Manhattan que con solo 16 años emigra a Hamburgo a estudiar música. Imaginemos la reacción de papá y mamá Feininger, ambos músicos, al enterarse de que su hijo ya en suelo alemán, decide estudiar arte en lugar de música…

Continuemos nuestro recorrido. Aceptamos gustosas acompañar los primeros pasos del artista americano; un sendero de ilustraciones que dejan huella en gacetas alemanas y americanas. Entre otras publicaciones, trabaja a distancia para el Chicago Sunday Tribune; y eso que no existía Internet a fines del 1900… Sus caricaturas, como toda caricatura de buen pedigrí, acentúan, exageran, distorsionan los personajes. Se vislumbra una pluma que se desliza con trazos rápidos y firmes, sin tiempo para la duda. Dónde acumula el joven Feininger tanta experiencia pródiga? Serán las ansias de demostrar que su presente es el arte gráfico y no la música, que le impone el capricho familiar?

Un próspero presente de ventas de sus primeras pinturas, hace que el ilustrador consagrado de solo 36 años, decida canjear la pluma por el pincel. Ingresemos entonces en el mundo de sus pinturas; los colores elegidos son vivos, puros, intensos. Saturados, diría algún entendido de arte…por no decir colores que se utilizan así como fueron traídos al mundo… mejor dicho, como fueron sacados del tubo; aquellos que impactan por la gran cantidad de pigmentos puros. Pero impresiona la producción del artista: la exposición cuenta con 350 obras. Estamos en 1906; el artista se muda a Paris con su mujer pianista y sus hijos. Se percibe una búsqueda incesante; un crítico de arte diría que existe la búsqueda de un estilo.

Miremos hacia atrás un segundo; dejamos un mundo gráfico de ilustraciones, de obras creadas por la demanda del mercado, a un terreno de artes plásticas, sinónimo de riesgo para el joven artista. Pero existen todavía personajes en sus obras que siguen siendo caricaturescos, habitando carnavales de pueblos inexistentes. En que período estamos?: 1906-1911. Feininger juega hasta el extremo con la distorsión; destruye la perspectiva; solo los que saben de perspectiva se pueden dar el lujo de hacerlo.... Sus personajes son gigantescos en comparación a los espacios arquitecturales. Me acerco demasiado a la obra… vale la pena el riesgo solo por tratar de descifrar la técnica pictórica del artista.Vemos que comienza con un fondo de un color intenso, rosa o verde musgo; luego pinta, sin recargar su pincel, dejando espacios libres, donde reaparece el color del fondo: astuta travesura…

Volvamos a París donde se codea con los grandes: Wassily Kandinsky por no decir Henri Matisse. Lo influencian? Como no va a influenciarlo Kandinsky, ruso, padre de la abstracción quizás sin quererlo. O Matisse, francés, genio de la teoría del color! Claro, Feininger comienza a descubrir algo llamado cubismo; técnica donde toda forma se reduce a formas geométricas: conos, prismas, esferas, cubos; nada fácil por cierto. El estilo de Feininger cambia, sus personajes son más geométricos o casi desaparecen de sus lienzos….Feininger se hace socio del club de la abstracción… mejor digamos que las simples ansias del artista le permiten plasmar una creatividad que lo lleva hacia la abstracción. Sí, Feninger se acerca a la abstracción pero sin dejar de coquetear con el orfismo de los Delaunay o el futurismo. Simplifiquemos. Orfismo: primo del cubismo. Futurismo: primo italiano, movimiento, máquina, acción.

Se construye algo llamado Bauhaus; escuela alemana innovadora en absolutamente todo: estructura de vidrio y de cemento, con una austeridad que agobia. El estudiante, por no decir los considerados punks de la época, encuentra desde una cantina hasta residencias, así como talleres de trabajo. Qué hace Feininger en el Bauhaus? Es simplemente uno de sus grandes MAESTROS, como Kandinsky. Pero si en 1919 Feininger tiene solo 38 años! Los retratos fotográficos de estos profesores se asemejan más a una familia de científicos que al prototipo del artista medio loco… Que se aprende en el Bauhaus? Disciplinas tan distantes como el diseño, arquitectura, fotografía, técnicas de impresión, publicidad, grafismo. Que ambición! Qué formación reciben sus discípulos, entre ellos sus dos hijos varones. Pero en 1933, este polo de creatividad cierra sus puertas bajo las órdenes nazis.

Estos cambios políticos en el viejo mundo, no interrumpen la inspiración de Feininger, que ya ha sobrevivido a la Primera Guerra (1914-1918). Durante todos estos años codeándose con la ilustración y la pintura, Feininger se da el lujo además, de ser un virtuoso violinista y compositor; son los genes…Si hasta podemos escuchar sus composiciones, en una sala dedicada exclusivamente a construir un paralelismo entre su violín y sus pinceles.

Agobiado por la proximidad de la guerra, Feininger decide buscar nuevos horizontes. Emigra en 1937. Pero la Nueva York que lo recibe luego de 50 años ya no le pertenece… ha cambiado demasiado. Y el arte también cambia. Pasan los años. En 1950 estamos en pleno expresionismo americano. Ya son épocas de otros artistas, como un tal Pollock, pero Feininger continúa, aunque más despacio, produciendo.

Pasamos a la última sala. La curadora de la exposición se juega una carta importante; un riesgo, que como todo riesgo genera sentimientos encontrados. Decide finalizar la exposición con obras de Andreas, hijo de Feininger. O elogiamos o criticamos su decisión. Son fotos…otro medio gráfico... otro estilo…pero si Feininger también se había interesado por la fotografía en el Bauhaus. Quizás la curadora quiera acercarnos a nuestro presente: el nieto de Feininger nos es contemporáneo y vive en Quebec.

Abandonamos el museo engolosinadas con una hora, donde dibujamos y pintamos un recorrido intenso. Nos dejamos llevar por la pendiente de la calle Crescent; ahora nuestro norte es Thursday; un clásico restaurante bar de Montreal. Las que lo visitamos por primera vez, quedamos impresionadas por sus bastos pisos de madera. Ni hablar del menú; llega el momento de deshojar la margarita: ensalada o potaje? Salmón o cordero? Como toda decisión es difícil; menos mal que no hay que pensar en el postre que democráticamente se impone como una mousse de chocolate…El salmón me saluda en todos los idiomas…intenta convencerme de que es el mas acertado para la dieta…prefiero no escucharlo. Ordeno el cordero que se impone en una cazuela, que de tan caliente, nos calientan hasta el alma. El bicho, perdón, el cuadrúpedo, parece ser de muy buena familia, listo para alimentar a un regimiento; más que un cordero se asemeja a un dinosaurio… por sus patas! Viene acompañado de porotos, frijoles, judías o cómo queramos llamarlos. Para qué tantos términos para nombrar a unas simples leguminosas? Pero estoy orgullosa de mi decisión; no me arrepiento…la bestia es una delicia; el cuchillo pasa a ser un artefacto inútil ante la ternura del animal…

Luego de la caricia impuesta por el chocolate me detengo a pensar unos minutos: no es solo la temperatura, ni la ubicación espacial, sino la grata compañía de las socias que hace, que esta salida, haya sido un mimo para el alma.

Gabriela Ana Lim – Febrero 2012
Para la Gaceta de la Asociación Cervantes de Montreal